La luz se filtra entre los finos pilares de un bosque maduro. Los estragos del otoño tapizan el suelo.
Hay un charco junto a la base de un tronco, sobre él se amontonan dos niñas. Desnudas e inertes.
Sus espaldas pálidas destacan sobre la calidez del entorno.
Alguien las convirtió en un sucio elemento más del paisaje.
La pureza tomó forma y se precipitó desde el cielo. Fue suspendida en el aire hasta caer, ahora vana, sobre la hojarasca húmeda.
¡¡Como me entere de quién ha hecho eso lo va a limpiar con la lengua!!
ResponderEliminarNo, pero ya fuera de bromas, el texto está chulo
ResponderEliminarGenial, solo y simplemente. Es muy gráfico, me sugiere una imagen al estilo de las pequeñas niñas de Edward Gorey, pero en colores vibrantes y difusos.
ResponderEliminarEsta noche, mi Weissbier y yo nos estamos dando un respiro del mundo, y hemos decidido mandar a tomar por culo a todas las esferas secionadas por el primer bisector y a la madre que las parió. Y cuando me doy un respiro del mundo me gusta leer tus palabras. Aunque no siempre diga algo, nunca es un paseo en balde.
Espero que disfrutes de mejores sueños y livianas noches. Besitos
Es un placer recibir comentarios como los vuestros. Me hacen sonreir. Besos.
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