No one can find me here in my soul


miércoles, 12 de junio de 2013

Alegorias de la vida I

Devil inside


Entonces aparece El Vacío y se dirige con gesto seductor:

- No creerás que me había olvidado de tí.- Tan repentina muestra de interés dejó a su interlocutora algo aturdida; sin embargo, acertó a responder:

- Eso díselo a quién le importe, puto depredador.- Sus oscuros ojos eran profundos como un abismo. Ella tomó fuerzas para sostener la mirada y evitar aislarse de la realidad.

- ¡Oh, bien! Ya veo, has aprendido a enseñar los dientes. Ja, ja, ja.- Exclamó con sorna. No recibió respuesta.- Mira niña, por muy insolente que seas no me voy a marchar. Lo sabes, ¿verdad?

- ¿Qué quieres de mí? Ya no tengo nada que ofrecerte.

- Claro que sí, de otro modo, ¿me habría llamado tu soledad?

- ¿Mi soledad? ¿Es eso lo que te atrae? Ya ajustaré cuentas con ella. Ahora lárgate.

- A ver preciosa, parece que no lo entiendes. Te has subido a la parra pero yo tengo la sierra; así que, ya sabes lo que me gusta.- El tono lascivo que empleó hizo que un escalofrío le surcara la espalda hasta alcanzar el cuero cabelludo.

- No.- Espetó ella retrocediendo un paso.- No me interesa lo que te guste y no quiero lo que me des a cambio.

- Sigues sin comprenderlo. No es que lo quieras, es que lo necesitas.- Sus largos brazos se balanceaban mientras se le acercaba desgarbado, con las manos abiertas y la espalda arqueada.

- ¡No!- Gritó ella encarándosele con todo su cuerpo en tensión.- ¡Quién coño te crees que eres para decirme lo que necesito!- Replicó airada. El Vacío se detuvo y la observaba atentamente.- No recibirás de mí ni un solo sacrificio más. No me gusta como me haces sentir. No me gusta la autodestrucción, no me gusta el autoengaño. No soporto la sumisión, no quiero dejar de ser yo misma. No voy a ultrajar mi alma. Y no tengo nada que ocultar.- Concluyo con firmeza

- Quieta, fiera.- Respondió en tono burlón.- Tú sola no te puedes proteger, ¿quién te va a aceptar sin mis directrices?

- Sabes, sé que no te gusta que grite. Y tengo muy claro que contigo estoy perdida, sería una inconsciente si me doblegara a tus falsas necesidades. Todo lo que haya que aceptar me concierne a mí misma, voy a tomar esa responsabilidad. Así que lárgate al pozo inmundo al que perteneces; maldito oportunista, porque eres como un mafioso o un extorsionador. Cada vez querrás más y no lo voy a permitir.

- No voy a dejar de observarte.- Replicó amenazante

- Bien.- Le respondió tajante.

- La próxima vez no serás tan persuasiva.- Recibió un silencio indolente por respuesta. Y desapareció.

- Capullo prepotente...- Masculló mientras reanudaba su camino