No one can find me here in my soul


martes, 8 de febrero de 2011

El que quiera entender que entienda, con quien le apetezca

Luces de colores. Muchos chicos guapos, la mayoría no aparenta. Suena una canción horrible, pero ya la he bailado antes. Bailamos, mirándonos fijamente, sonriendo, acercándonos. Nadie parece percatarse de nuestra presencia hasta que nos besamos. Por lo visto, mi acompañante es bastante conocido por estos ambientes. Siento como si todos los que nos rodean se hubieran quedado perplejos ante tal deseo. Por un momento parecía que incluso hubiera cesado ese sonido insoportable; como si hasta el aire se hubiera quedado paralizado.

- Nos están mirando- Exclama al tiempo que se aparta y deja de bailar.- ... Me asustas- Expresa confuso.
- ...
- Que me das miedo.
- ¿Por qué?- Pregunté ante su insistencia, apesar de que ya conocía la respuesta.
- Porque me encantas.
- (Calla y baila).- Pienso mientras continuo bailando, en silencio. Observándolo.

Él no baila. Me mira, sorprendido y pensativo, apoyado contra la pared; como si se acabara de romper parte de su realidad.
Cuando bailo consigo evadirme. Supongo que ayuda el exceso de ron en mi sangre.
(Calla, zorra, deja de pensar. Deja de pensar y no pares de bailar. Baila hasta que el dolor o el cansancio te detengan. Y si te portas bien, puede que al final de la noche no te torture, y permita que duermas placidamente, sin pesadillas ni intensos anhelos).
Hay quién saca lo peor de mí. Hay quién es más fiel a sus miedos que a sus sentimientos, pero yo no estoy aquí para afrontar miedos ajenos. Así que continuaré dejandome llevar por la cadencia de este ritmo infernal; obediente de mi sádica conciencia. Aún así, me sentiré libre.

5 comentarios:

  1. Bueno, todavía no puedo asegurar que me esté cuidando más. Lo que he comprobado es que me resulta imposible dejar de pensar, y por ende de escribir.

    ResponderEliminar
  2. Ni siquiera es cuestión de suerte. Nadie aclara sus ideas por azar.

    ResponderEliminar
  3. Me gustaría tener algo sentencioso que decir, algo que quedara bien, que impactara. Quizá no tenerlo es esa suerte que persigo (¿ves?, esto ya es ponerse zenthenzioso).

    Lo de aclararse las ideas... Es como un tipo que mira una nube: ni él es igual a él mismo ni la nube consigo. Él con él es un dibujo variable, y ella con ella es otro. Ninguno está quieto respecto de sí, ni del otro. Entre los dos está el azar de dos variabilidades.

    No habría "yo", ni "verdad", ni "objetivo", ni "ideas claras". A lo mejor habría ese campo difuso entre dos que son muchos. Es un pequeño infinito.

    Tendría que haber una letra inframinúscula para escribir la inicial de "infinito". Un infinito líquido. Cuida que no se ponga sólido.

    ResponderEliminar
  4. Haz cuanto desees. Baila y suda cada toxina fruto del sustrato depositado por el lago de la rutina. No mereces aguantar a falsos príncipes(o princesas) de plástico azul. Que ellos carguen las cadenas de sus defectos, mientras tu brillas. Quién sabe si algún día te toparás con alguien que disfrute observando las estrellas. Mientras tanto, te sienta muy bien ser el cisne negro.

    Besitos, noctambula

    ResponderEliminar