No one can find me here in my soul


jueves, 4 de noviembre de 2010

Exultante apremio

Las buenas intenciones chocan con una fría piedra. Ya sólo queda un cúmulo de huesos y de recuerdos a los que ofrecer pequeños pedazos de vida. Hermosas flores que nadie disfruta. Y que, desde un lugar alquilado por años, nos gritan: ¡Nadie es inmune al paso del tiempo! Mi efímera belleza se diluye en tus lágrimas. ¡Corre y vive!, tan intenso como mi perfume; porque mañana, tú también te marchitarás.

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