Las buenas intenciones chocan con una fría piedra. Ya sólo queda un cúmulo de huesos y de
recuerdos a los que ofrecer pequeños pedazos de vida. Hermosas flores que nadie
disfruta. Y que, desde un lugar alquilado por años, nos gritan: ¡Nadie es
inmune al paso del tiempo! Mi efímera belleza se diluye en tus lágrimas. ¡Corre
y vive!, tan intenso como mi perfume; porque mañana, tú también te marchitarás.
es sublime y muy romantico
ResponderEliminarGracias. Me alegro que te guste.
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