No one can find me here in my soul


viernes, 31 de julio de 2015

It's a good rare thing

Empieza respirando
como si se transmitiera por el aire
te va calando
en un mar de vapor te estás ahogando
intocable parece hasta que lo has comprobado
tan sólo si lo miras parece algo físico
aunque es tan empírico que se hace místico
serpentea por tu columna desvelando el acertijo
con el sabor del mar invade los sentidos
el ruido en mareas no escapa al hechizo
nadas en sudor, suyo y propio
intoxicados
el uno con el otro

jueves, 16 de julio de 2015

Metamorfosis

Empiezo las vacaciones trabajando con la fragilidad.
Con sentirse pequeñita y vulnerable.
Llegando al fondo del asunto, como dice con acierto mi amiga Geno, me he dado cuenta de lo que quiere decir.
Es una señal de implicación emocional, una llamada de atención para tener en cuenta lo que está en juego. Antes de ser consciente de ello, la respuesta era el bloqueo. Es decir, el miedo.
Miedo a que mi niña interior sufra, un mecanismo de protección se podría pensar. Aunque por otra parte, contraproducente.
Reconozco a una niña agotada, sedienta de sentimientos, de mirada implorante que me pide: "¡Permítelo!" y la respuesta era automática: "No quiero ser culpable de que vuelvas a sufrir".

No me había dado cuenta de que es el miedo lo que más la hiere. La deja en un estado de sumisión, mirando la realidad a través de un pequeño agujero en la coraza de la sobreprotección.
Así que me he dispuesto a abrir la coraza, mudar de piel como si me tratara de un reptil.
El primer paso es aceptarlo, aceptar que me siento frágil y reconocerlo como algo propio. Honrar la fragilidad para disfrutar de lo que implica. No es algo que haya que cuestionar, simplemente es.
El comprenderlo da paso a una sensación de alivio y alegría.
De liberación.